‘Les veus silenciades’ es el proyecto cinematográfico de Paula Vega que incluye entrevistas a distintas personas con dificultad auditiva. Su madre, Sorda oralista, es quien le impulsó a adentrarse en este colectivo.
¿Por qué este título, ‘Les veus silenciades’? ¿Crees que el colectivo Sordo es el más silenciado, el más invisibilizado?
El título de ‘Les veus silenciades’ proviene de dos ámbitos muy importantes dentro del proyecto. Por un lado, el de dar voz a las Personas Sordas en relación a la representación que tienen en el mundo cinematográfico (de ahí el término «veus») y, por otro, poner en evidencia cómo están de «silenciades». Con esta palabra hago referencia al factor característico de este colectivo: no tiene el sentido del oído del todo «disponible». Además, critico que parte de la sociedad suele tener olvidadas a las Personas Sordas y que estas no tienen altavoces para comunicarse con los demás.
Las Personas Sordas están invisibilizadas en la sociedad, sí. De hecho, ¡las personas en situación de discapacidad están invisibilizadas en muchos entornos de la sociedad!
Empezó como un trabajo de Final de Grado de la universidad, ¿en qué fase está ahora el proyecto?
Sí, ‘Les veus silenciades’ es el trabajo Final de Grado, el TFG que terminé de grabar en agosto del 2021. Desde hace unos meses, el proyecto está en stand by. Estoy buscando poder participar en diferentes festivales solidarios y ponerme en contacto con asociaciones relacionadas con el mundo sordo, tanto pertenecientes al mundo de la Lengua de Signos como aquellas asociaciones que apuestan por la comunicación oral de las Personas Sordas. Y también busco vínculos con cualquier proyecto que dé voz a personas en situación de discapacidad y de exclusión social.
Nos gusta especialmente que entrevistes a Personas Sordas en sus diferentes modalidades comunicativas: tanto oralistas como los que utilizan la Lengua de Signos. ¿Por qué crees que es importante tener testimonios de todas ellas?
Desde el inicio lo tenía muy claro: quería que ‘Les veus silenciades’ fuera un proyecto 100% inclusivo. Un vivo reflejo de la sociedad y, por lo tanto, tenía que mostrar la amplia variedad que hay de Personas Sordas y reflejar sus respectivas experiencias. En la sociedad conviven los oralistas, que se comunican mediante la lengua oral (leyendo los labios) y los que usan la Lengua de Signos. Cabe tener en cuenta que el factor de la elección de la comunicación es muy importante. Ayuda a las Personas Sordas a configurar quiénes son. La lengua y el sistema de comunicación nos hace personas y hay que considerar el origen, la experiencia y porqué una Persona Sorda se comunica de una forma o de otra. Existe una libertad que hay que respetar y que, precisamente, es la que reflejo en ‘Les veus silenciades’.
Además, es un proyecto 100% accesible para que todas las personas puedan comprender las entrevistas y entender lo mejor posible las experiencias que se explican.
¿Qué provoca que tantas veces oralistas y signantes muestren más división que unión dentro de la comunidad Sorda?
Aunque entiendo esta división, no la comparto. Es más, considero que es contraproducente: ¡deberían ir de la mano! La libertad comunicativa debe existir, es muy edificante y aporta gran variedad de lenguas, contextos, experiencias… Un detalle a tener en cuenta es que la comunidad signante sostiene que la Lengua de Signos les da un valor que los oralistas no tienen, ya que estos usan el mismo sistema de comunicación que las personas oyentes.
Como decía antes, las Personas Sordas han de tener derecho a elegir su sistema comunicativo, ya que va ligado a su identidad como persona. ¡Pero lo ideal es que hubiera más unión entre ellas!
La división comunicativa se traslada en la creación de entidades y asociaciones que luchan cada una por su lado. Pero es importante la presencia de otro tipo organizaciones, así como de personas que a nivel individual también buscan precisamente esta unión. Si la sociedad es diversa, es normal que las asociaciones, etcétera, también lo sean. Pero no se trata de crear bandos y de provocar rechazos mutuos. Sus reivindicaciones y sus luchas, si las hacen unidas, serán mucho más poderosas.
El hecho de que tu madre sea una Persona Sorda, ¿te ha inspirado para hacer este trabajo?
Sí, claro. Mi madre es una Persona Sorda desde los 3 años, a causa de una enfermedad. Ella usa la lengua oral para comunicarse, nunca ha aprendido Lengua de Signos y fue a colegios oralistas. Mis abuelos querían que se comunicara mediante la lengua oral.
En casa también se usa la comunicación oral porque es lo que ella sabe y lo que hemos aprendido todos. Su presencia en mi vida es la principal razón de creación del proyecto. Ella fue mi inspiración para crear ‘Les veus silenciades’ después de muchas conversaciones en relación a las injusticias y las vivencias que ha sufrido y que tanto nos chocan a las personas oyentes, puesto que nunca las hemos vivido. Gracias a ella aprendí la necesidad de crear más espacios en los que las Personas Sordas puedan tener voz propia y expresar cómo se sienten.
¿Cuál es la problemática a la que más asiduamente se enfrenta tu madre?
La misma comunicación en su día a día. En casa y con personas conocidas le es «fácil», ya que conocemos las necesidades comunicativas que tiene. Pero con el resto es más complicado, y todavía más con la mascarilla. Para ella la lectura labial es muy necesaria para poder comunicarse, así como una buena vocalización. Cuando hay una barrera física (como la mascarilla), todo se complica. Y aún hay personas que esto no lo entienden. Si va acompañada por alguien de la familia, todo es más sencillo ya que le ayudamos a que el resto la entiendan y sean más comprensivos.
Por otro lado, está el tema de la accesibilidad en el ocio: ir al cine es toda una experiencia. Para ella, es necesario que las películas estén subtituladas en castellano. Si la película es extranjera y está en VOSE (versión original subtitulada en español), perfecto. El problema, habitual, lo tiene cuando quiere ver películas españolas o catalanas que cuenten con subtítulos: ¡hay muy pocas! Y lo mismo pasa con el teatro en directo que no tiene subtítulos. Hay algunas salas que proporcionan esta accesibilidad para las Personas Sordas y no sabes cómo lo agradecen.
¿Qué crees que debería hacer la sociedad, y el Gobierno, para facilitar la vida a la Comunidad Sorda?
Simplemente, tener en cuenta a las Personas Sordas y sus necesidades comunicativas. Optar por espacios y entornos más accesibles, conociendo bien su diversidad. Si se crean espacios seguros y diversos para las Personas Sordas y para las personas con otro tipo de capacidades, todos conocerían más sus necesidades y se tendrían más en consideración. En realidad, todos somos diferentes y la sociedad debe reflejar esta diversidad.
También son necesarias campañas activas y reales que ayuden a estos colectivos, que los incluyan, ¡y que se lleven a cabo! Qué se informen de primera mano incluyendo a las Personas Sordas. Solo así la sociedad será inclusiva.
¿Nos puedes dar pinceladas biográficas tuyas?
Claro: soy Paula Vega, nací en 1999 en Barcelona. He estudiado Medios Audiovisuales en la Universitat TecnoCampus de Mataró. Como proyecto de Final de Grado, creé ‘Les veus silenciades’, un proyecto que busca dar voz a las personas sordas oralistas y signantes para mostrar la problemática que existe en relación a la representación de las personas sordas en la ficción cinematográfica. El proyecto está totalmente finalizado y puede encontrarse en el canal de YouTube: Les veus silenciades. Actualmente, estoy trabajando en la hostelería para poder seguir adelante con más proyectos personales.
¿Y qué más nos puedes contar de tu madre, de su forma de comunicarse?
Mi madre es una persona oralista, se comunica mediante la lengua oral y su comunicación se basa primordialmente en leer los labios de la gente. Si su día a día ya era complicado antes, debido a la incomprensión o a la poca vocalización de la gente, actualmente por culpa de las mascarillas se ha vuelto aún más difícil. Si va acompañada, hay más comprensión y la gente desconocida pone más de su parte para ayudarla. A veces, aunque exista una mampara o un cristal de separación, hay quien se niega a bajarse la mascarilla para que pueda comprender lo que le dicen. Aún así, también existen personas muy comprensivas que facilitan su contacto con el público y ayudan a que su día a día sea más llevadero.
En relación también a la lectura labial y su voz, mi madre, al ser una Persona Sorda, tiene una voz peculiar. Esto es debido a que ella no oye su propia voz, pero sí reconoce su propio sonido. También reconoce mi voz, la de mi padre y la de mi hermano. Sobre todo, reconoce sonidos fuertes, muy agudos o muy graves, y sus vibraciones. Cuando éramos pequeños, recuerdo que nos decían que nuestra madre tenía una voz «rara» y para mí era simplemente la voz de mi madre. La que siempre he conocido. Y que nada tenía de extraño. Al hacerme mayor fui comprendiendo más su situación y entendiendo los problemas a los que se enfrenta, aunque no los viva en mi propia persona. Recuerdo que mi hermano y yo de pequeños, cuando queríamos la atención de nuestra madre, girábamos su cara para que nos leyera los labios y así captar su atención. Ahora veo que no era la mejor manera, puesto que lo hacíamos de forma algo brusca puesto que darle golpecitos no servía para nada.
Siempre le ha gustado la música, desde muy joven, porque siente las vibraciones, que le sirven de guía y, sobre todo, los sonidos fuertes. En casa, cuando pone música lo hace a un volumen alto, bueno… exageradamente alto, pero no se da cuenta. Le encantan los Dire Stratis, Manolo García y los cantantes que escuchaba de joven. Pero también le gusta la música actual, aunque no conozca a los artistas.
Otro detalle a destacar es que trabajó en un gimnasio como profesora de gimnasia artística y llegó a ser juez en competiciones, hasta que me tuvo a mí. Aún guarda sus libretas con anotaciones de ejercicios, movimientos y puntuaciones.
Como te decía, mi madre siempre ha sido oralista. Mis abuelos decidieron darle una educación basada en la lengua oral, en colegios oralistas, ya que esa era su mentalidad: que su hija fuera como los demás (sin serlo), o lo más parecido. Si el mundo no se adaptaba a ella, ella tenía que adaptarse al mundo. Podrían haber elegido una educación basada en la Lengua de Signos, pero consideraron que eso la apartaría más del resto y complicaría su día a día (más de lo que ya lo estaba). Es un punto de vista antiguo y sin conocimiento, pero eran otros tiempos.
De hecho, a mi madre le habría encantado aprender la Lengua de Signos. Es más, tanto ella como yo consideramos que la Lengua de Signos debería ser impartida en los colegios. Porque las Personas Sordas, elijan el sistema de comunicación que elijan, también tienen derecho a que los demás se adapten a ellos y se comuniquen como ellos.